Conocí a Chiquitín gracias a Wieland Mark, él sabía que estaba buscando un caballo adecuado para Terapia y cuándo supo que Chiquitín buscaba un nuevo hogar, en seguida me lo dijo porque sabía que era el caballo perfecto.

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Chiquitín es un caballo muy seguro de sí mismo y de naturaleza extrovertida, tuvo la inmensa fortuna años atrás de poder iniciarse con Wieland en Equibalance. Eso hizo que su primer contacto, relación y por tanto experiencia y aprendizaje con el ser humano fueran óptimos y, si juntamos eso con las características de Chiqui, tenemos además de un amor con patas, un maravilloso Maestro que me ha permitido con su enorme generosidad ir aprendiendo a mi ritmo y que siempre está dispuesto a acompañarme, eso no tiene precio. Esa misma generosidad también se extiende a los pacientes que están con él en Terapia, su ayuda es enorme. Mi agradecimiento es infinito.